Muchas veces, los productos etiquetados como «light» o «sin azúcar» pueden parecer una opción más saludable, pero no siempre lo son. Algunos están llenos de edulcorantes artificiales, sodio o grasas poco saludables para compensar el sabor.
🔹 Solución: Lee siempre las etiquetas nutricionales y prioriza los alimentos naturales en lugar de los procesados.
Muchas personas piensan que comer menos equivale a perder peso más rápido. Sin embargo, esto puede generar un efecto contrario, ralentizando el metabolismo y aumentando los antojos poco saludables.
🔹 Solución: Opta por comidas equilibradas y evita largas horas de ayuno si no estás siguiendo una estrategia supervisada como el ayuno intermitente.
Los jugos de frutas pueden parecer saludables, pero al extraer la fibra, el azúcar de la fruta se absorbe rápidamente, causando picos de glucosa en la sangre.
🔹 Solución: Prefiere consumir la fruta entera o preparar batidos con proteína y fibra para equilibrar el impacto en el azúcar en sangre.
Muchas personas que buscan perder peso o comer más sano se enfocan en reducir calorías, pero olvidan incluir suficiente proteína. Esto puede generar pérdida de masa muscular y sensación de hambre constante.
🔹 Solución: Incorpora fuentes de proteína en cada comida, como huevos, legumbres, tofu, pescado o carnes magras.
A veces confundimos la sensación de sed con hambre, lo que puede llevarnos a comer en exceso. Además, la deshidratación puede causar fatiga y dolores de cabeza.
🔹 Solución: Asegúrate de beber suficiente agua a lo largo del día. Si te cuesta, intenta llevar siempre una botella contigo o consumir infusiones sin azúcar.
Conclusión
Pequeños cambios en la alimentación pueden marcar una gran diferencia. Evitar estos errores te ayudará a mejorar tu bienestar y alcanzar tus objetivos de una manera más efectiva y saludable.
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